El Papiro Ebers fue escrito en el antiguo Egipto, cerca del
año 1500 antes de nuestra era.
Según cuenta la leyenda, el papiro fue encontrado entre las
piernas de una momia en una tumba de Assasif y vendido posteriormente a Edwin
Smith por un comerciante egipcio en 1862. A continuación fue adquirido por el
egiptólogo alemán George Moritz Ebers, por quien fue nombrado en 1872.
A pesar de su antigüedad, el manuscrito se encuentra en un
estado de conservación excelente y con muy pocos pasajes deteriorados, lo que
atestigua de la fortaleza del papel de cáñamo usado en aquella época.
Mide nada menos que 20.25 m de longitud y 30 cm de anchura y
está escrito en 108 columnas de entre 20 y 22 líneas cada una.
El tratado está dividido en 877 secciones, en las que se
prescriben tratamientos para numerosas enfermedades.
La medicina egipcia de la época hacía uso de más de 700
sustancias, extraídas en su mayor parte del reino vegetal: cebollas, ajos,
azafrán, mirra, aloe vera, cerveza, hojas de ricino, extracto de lirio, jugo de
amapola, higos, semillas de lino, resina, incienso, cáñamo, opio, etc.
Es sin duda el legado más importante sobre la antigua
medicina egipcia de que se dispone hoy día, superior incluso al papiro Edwin
Smith.
Con él podemos aprender a invocar a divinidades mágicas,
crear fórmulas magistrales y proporcionar tratamiento a enfermedades internas,
oculares, cutáneas, de las extremidades y otras muchas.
Según el doctor Joaquim Baixarias, paleo-patólogo del Museo
de Arqueología de Cataluña, y parte del equipo de investigadores de la
Universidad de Manchester que trabajan en el proyecto "La farmacia del
Antiguo Egipto", se pueden diferenciar dos tipos de tratamientos:
- "Una medicina mágica o religiosa que se utilizaba en enfermedades más frecuentes, como dolores abdominales, o de cabeza. Pero hay otro tipo de tratamientos médicos, como el de fracturas y heridas, que en los papiros son bastante correctos científicamente".
Los investigadores confesaron estar asombrados por algunos
de los procedimientos médicos que se relatan en el papiro, ya que son técnicas
muy avanzadas, incluso para nuestros días.
Otro dato que sorprende conocer es que la Sanidad en el
Antiguo Egipto era gratuita, ya que el Estado financiaba a los médicos, quienes
gozaban de gran respeto y privilegios.